Hace unos días que estoy viendo esto por la tele:
Sin duda la frase clave es; “Sin cambio de hábitos y sólo con el cepillado diario… redujo a la mitad las caries incipientes” y lo ilustran con una imagen, cuidadosamente desenfocada, de una familia desayunando con la mesa repleta de bollería, lácteos y cereales de “plástico”. ¡¡Por fin!! se puede seguir comiendo basura sin miedo a las caries (bueno casi sin miedo, solo funciona en la mitad de los casos), ya que el producto en cuestión neutraliza los ácidos que producen los azucares, algo que también hace los enjuagues de agua oxigenada rebajada al 50 %, solo que el agua oxigenada tiene un efecto bactericida que dudo mucho que tenga el dentífrico. Lo que no especifica el comercial en cuestión, es si tragarse la crema dental neutraliza también la acidificación del resto del organismo…
Éste es un gran avance científico que hará un poco más fácil la vida de los que después de atiborrarse de comida se toman la pastilla “milagrosa” que absorbe parte de las grasas para no engordar, prefieren gastarse 10.000 euros en una reducción de estómago antes que cambiar sus hábitos alimenticios, o simplemente piensan que después de comer tres platos y postre (tal vez un trozo de tarta) tomarse un café con sacarina les ayudara a mantener “la línea”.
Pienso que es absurdo culpar a las grandes multinacionales por la venta de éste tipo de productos, ellos tan solo aprovechan un mercado que ya existe (y bien que hacen, que narices). Si hay que buscar culpables de situaciones cómo esta, tan solo hay que ir al espejo más cercano a echar un vistazo.
Ferran Rodríguez.